Proyecto piloto asociado al paisaje Carare – Chucurí – Barrancabermeja – Opón.
Proyecto auspiciado por WCS, ECOPETROL y AUNAP.
EL BAGRE RAYADO
También llamado bagre tigre, es una especie endémica (originaria de Colombia) y emblemática de la cuenca del río Magdalena que integra los ríos Magdalena, Cauca y San Jorge. Representa un importante valor económico, social y ambiental.
Los científicos lo llaman Pseudoplatystoma magdaleniatum que quiere decir pez de boca aplanada del Magdalena y es una especie única de la cuenca del Magdalena-Cauca, pero tiene primos hermanos en los Llanos y la Amazonia. Allí los llaman también bagres tigres.
Alcanza a crecer hasta 1,50 m de longitud y constituye una de las especies de mayor importancia económica en la región. Vive en los cauces de los grandes ríos de la cuenca y en sus ciénagas o planicies de inundación. Se reproduce cuando las aguas suben de nivel, evento que llaman “candeleo” cuando migra, desde las partes más bajas del río, hacia las zonas más altas, alcanzando en algunos casos a desplazarse hasta 500 km. Cuando alcanza tamaños entre 60 cm y de 80 cm de longitud está apto para reproducirse.
El bagre rayado se considera amenazado por todas las transformaciones que ha tenido la cuenca. Alteraciones que han afectado todas las zonas geográficas que el bagre requiere para llevar a cabo su ciclo de vida. Por ejemplo, los tributarios y cauce principal que son las áreas donde los bagres adultos viven y se alimentan son las rutas para sus migraciones reproductivas (candeleo) pero están siendo afectadas por represas, o hay factores que destruyen su hábitat, como la minería del oro que socava con grandes maquinas su hábitat, sus refugios, al igual que el veneno que de ella se emite por el uso del mercurio. Aunado a ello, como en la cuenca vive el 80% de la población colombiana y como sus centros urbanos se caracterizan porque sus plantas de tratamiento o son deficientes o simplemente no existen, conllevan a que la calidad de las aguas cada vez esté más deteriorada. La deforestación de la cuenca, por su parte a dado paso a la transformación del territorio, cubriendo sus suelos principalmente con pastos para la ganadería o de cultivos agrícolas. Actividades que generan grandes cantidades de fosfatos y nitratos, que por filtración llegan a las fuentes de agua agudizando el deterioro de la calidad del agua de la cuenca.
Estos procesos de transformación, si bien son en toda la cuenca, se agudizan en la parte baja, especialmente los planos inundables, siendo las ciénagas las áreas de crianza y crecimiento de las larvas u juveniles del bagre habitan, las que han sido más afectadas.
Como actores locales, los pescadores han logrado desafiar la afectación de las poblaciones de bagre, adaptándose a la abundancia del stock empleando diferentes tácticas, entre ellas el uso de una gran variedad de artes y variedad del tiempo dedicado a la actividad (pescadores permanentes, ocasionales, esporádicos) entre otros. Sin embargo, sus voces frente al señalamiento de que ellos son los culpables de la disminución del recurso pesquero han cambiado y, por eso, ellos están ahora luchando por ser visibilizados y escuchados sobre la forma para contribuir en la sostenibilidad de las poblaciones de bagre rayado.
Es así como la Fundación Humedales emprende la tarea de apoyar a comunidades de pescadores del Magdalena medio, Bocas de Carare y San Rafel de Chucuri, uniéndose en el camino la asociación de Bagreros de Barrancabermeja y la comunidad del Opón. Todos se ayudan, aprenden y trabajan en un solo objetivo: la conservación del bagre rayado.
¿Qué pretende el proyecto?
Desde el año 2015 en la región de la Magdalena Medio ubicada en el departamento de Santander (Carare-Chucurí-Barrancabermeja-Opón) se desarrolla un proyecto piloto para la cuenca Magdalena en materia de formulación y establecimiento de medidas de ordenación que fortalezcan la gobernanza de la pesca hacia la conservación del bagre rayado.
De forma participativa, con la comunidad de pescadores se han formulado acuerdos de manejo de la actividad pesquera del bagre rayado, abordando el tema de la veda de pesca, el uso de artes y métodos de pesca, el establecimiento de zonas de reserva de pesca y, en general, vinculando a la comunidad de pescadores y demás actores en la protección de las especies ícticas mediante la implementación de buenas prácticas pesqueras. El proyecto contempla la evaluación del estado de aprovechamiento de la especie mediante un monitoreo participativo que incluyó el conocimiento (limnológico e ictiológico) de los cuerpos cenagosos potenciales como zonas de reserva y el fortalecimiento de las comunidades de pescadores.
El gran objetivo es recuperar la biomasa desovante de bagre rayado en la zona para garantizar la sostenibilidad de la población y su aprovechamiento pesquero en la cuenca del Magdalena para el 2025.
A partir de un censo de pescadores y del apoyo a su organización social, se han realizado tareas para el establecimiento de acuerdos de pesca que han sido validados por la Autoridad de Pesca AUNAP y se ha conformado un instrumento de coordinación llamado la Mesa del Bagre donde se han presentado los principales logros pretendidos por este proyecto. Como resultado, la AUNAP reglamentó 4 zonas de reserva, dos en la ciénaga de Chucurí (Aguas blancas y Aguas negras) y dos asociadas al río Carare (Clavo y La Colorada) y se han establecido vedas de pesca por “candeleo” o sea en fechas exactas de ocurrencia del evento reproductivo del bagre.
Estas actividades han estado financiadas por ECOPETROL y AUNAP, y ejecutado por la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre WCS, la Fundación Humedales y las Comunidades de Pescadores de Bocas del Carare y San Rafael de Chucurí, Barrancabermeja y Ciénaga del Opón.
FORMA DE ACTUAR – los pescadores sensibilizan y actúan con las autoridades para conservar bagre rayado
En busca de acuerdo de manejo, son las comunidades que han llevado a su cargo la iniciativa de manejo y en ella participan más de 250 pescadores de los municipios de Barrancabermeja y Puerto Parra, en el Magdalena Medio santandereano.
LA MESA DEL BAGRE – Un instrumento de comunicación y coordinación de acciones.
La Mesa fue aprobada por Nodo de Pesca del Magdalena Medio y fue adoptada por el Ministerio de Agricultura y la AUNAP. Inició actividades en el año 2015 y han participado entre otros con la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), las alcaldías de Puerto Parra y Barrancabermeja, la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS), ECOPETROL, la multinacional petrolera Mansarovar, la Policía de Hidrocarburos la Policía Ambiental, la Armada Nacional y el Ministerio de Agricultura.
“Los pescadores quieren que los escuchen, que sepan lo que las comunidades piensan y están haciendo para conservar este pez. Sugieren que más adelante la iniciativa se podría convertir en una política de pesca. También quieren que se trabaje articuladamente en la vigilancia y se disminuya la presencia de pescadores de otras zonas que no respetan sus acuerdos locales de pesca”
LA VEDA POR CANDELEO – Medida oportuna para conservación
Debido a la variabilidad climática, la precisión de las temporadas de veda ya no están coincidiendo con establecido en la normatividad, que establece vedas de pesca para el bagre rayado en los meses de mayo y en septiembre-octubre. Por esa razón, los pescadores, desde hace varios años, han manifestado dicha situación, insistiendo en la necesidad de hacer ajustes a la veda con las realidades climáticas, estableciendo que las agregaciones o “candeleo” como se conoce por las comunidades de pescadores, respondan a la confluencia de tres aspectos como son: la llegada de las lluvias, el incremento del nivel y velocidad del río. Siendo estas circunstancias las que deben primar para establecer la veda de la especie.
En ese sentido, las comunidades de pescadores de iniciaron un proceso con la AUNAP para fortalecer la gobernanza por la conservación del bagre rayado. Para ello, la AUNAP ha realizado convenios con la Fundación Humedales y es así que, en el año 2019, se realizó el primer programa exitoso de veda por candeleo, el cual se cumplió con participación de los pecadores y recibió el apoyo de la comunidad, de los comerciantes y todas las autoridades. En el 2020 se aplicó en mayo y se continúa convertido en un proyecto piloto para toda la cuenca Magdalena- Cauca.
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